A Úrsula le encantaba enseñar. Por eso dedicó sus 31 años de carrera a formar las mentes de los niños de 5º y 6º curso de las escuelas primarias Edward Smith y Elmwood de Siracusa. Sus colegas la tenían en alta estima por su dedicación a ayudar a sus alumnos a tener éxito.
La música, en particular, desempeñó un papel importante en la vida de Úrsula y supuso un gran enriquecimiento para su familia. Recordaba con cariño los tiempos en que bailaba con su marido como miembros del Club de Baile Top Hats. Le entusiasmó conocer el Fondo Carrie Lazarus para Talentos Extraordinarios, una causa que combinaba dos de sus pasiones: la educación y la música. El fondo ayuda a los estudiantes de artes escénicas con necesidades económicas a alcanzar su máximo potencial financiando los gastos de clases, instrumentos y otras oportunidades especiales. Su pasatiempo habitual era ver los especiales de televisión de Carrie y a los estudiantes con talento a los que apoya el fondo.
A lo largo de sus 97 años, la generosidad y bondad de Ursula Hubby beneficiaron a innumerables neoyorquinos del centro de Nueva York. Su espíritu solidario perdurará a través de su legado caritativo, que seguirá ayudando a los demás durante generaciones. El Fondo Ursula T. Hubby para las Artes proporcionará ayuda anual al Fondo Carrie Lazarus para Talentos Extraordinarios.
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