Juliette Klein Sharpe se sentía realmente bendecida por su red de amigos y su pequeña comunidad. “Dios se ocupa de los tontos y de Julie” era algo que decía a menudo el residente de Skaneateles. Invocó esta frase para expresar lo afortunada que se sentía y lo agradecida que estaba por las muchas formas en que sus amigos y diversas organizaciones locales sin ánimo de lucro habían enriquecido su vida. Un diagnóstico de cáncer impulsó a Julie a pensar en las formas en que quería honrar a sus amigos y mostrar su agradecimiento a estas organizaciones que tanto la impactaron. Su fondo está destinado a apoyar una serie de organizaciones benéficas para las que se había ofrecido como voluntaria o de las que se había beneficiado, que van desde la naturaleza a la salud y los servicios humanos.
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