Para Adeline Maltzan, la responsabilidad y el trabajo duro eran las claves del éxito tanto en los estudios como en la vida. Antes de sucumbir al cáncer en 1996, incluyó en su testamento un legado que concede becas anuales a los diez mejores graduados del Instituto de Sherburne-Earlville. En lugar de poner su nombre al fondo, Adeline decidió honrar a sus dos mayores inspiraciones: sus concienzudos y trabajadores padres.
Haz un donativo