Cuando Martha Leopold era pequeña, contrajo la varicela, lo que le causó daños en el oído y una pérdida de audición permanente. Sin embargo, sus padres siempre la apoyaron y la ayudaron a superar las barreras a las que se enfrentaba. La animaron a viajar, a implicarse en la comunidad y a perseguir sus sueños. Permaneció increíblemente unida a ambos hasta su fallecimiento.
Aunque lo pasaba mal en la escuela, había cosas que le gustaban. Sentía que su educación era un privilegio y trabajó duro para mantenerse en la escuela, graduándose en el instituto de Liverpool en 1963. Más tarde trabajó para el Merchant Bank, donde permaneció empleada durante 30 años.
Tanto su padre como su madre hacían mucho voluntariado a través de la Iglesia Luterana de San Pablo y siempre estaban ayudando a otras personas. La religión y la retribución eran piezas importantes de sus vidas.
Martha decidió nombrar este fondo para incluir a sus padres, Gracia Cottet Leopold y Robert Leopold, como forma de honrarles como parte del legado de su familia. Este fondo proporcionará apoyo perpetuo en la comunidad de Nueva York Central para hacer frente a las mayores necesidades caritativas de la comunidad.
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