Karin DeLaney aborda cada conversación con una claridad de objetivos que refleja sus décadas de experiencia guiando a las familias a través de donaciones significativas. “Empiezo la conversación sobre la caridad en casi todas las reuniones”, nos dijo. Tras más de 30 años en la planificación patrimonial, ha visto que la gente quiere que sus donaciones sean meditadas y eficaces, pero no saben por dónde empezar. A menudo es ahí donde entramos nosotros.
Su paso por nuestro Consejo de Administración le permitió ver de primera mano cómo administramos los recursos para lograr un impacto comunitario a largo plazo. “Servir en el Consejo me permitió ver de cerca la investigación, la divulgación y la administración de la Fundación Comunitaria”, afirma. “Ahora, cuando le digo a un cliente que su dinero estará bien gestionado, es porque he sido testigo del proceso. Esa garantía importa”.
Karin ayuda a la gente a traducir lo que les preocupa en acciones significativas. Cuando un cliente dice que quiere apoyar a los veteranos, o la educación artística, o la revitalización de un barrio, ella ve la oportunidad de ponerle en contacto con opciones de confianza que quizá no sabía que existían. “Un cliente puede decir: ‘Me importan los veteranos’, pero sólo conoce un grupo por un correo”, explica. “Yo les pongo en contacto con el equipo de la Fundación Comunitaria, que puede ofrecerles opciones sólidas y alineadas con su misión. Los clientes se sienten informados y seguros, no abrumados”.
Los fondos de legado, señaló, ofrecen a muchas familias una forma de hacer que sus donaciones tengan un impacto mucho más allá de su vida. “A veces existe una ventaja fiscal, pero la mayoría de las veces se trata de un propósito”, dijo. “Un fondo de legado mantiene la historia y los valores de una familia al servicio de la comunidad en el futuro. A los clientes les gusta saber que la Fundación Comunitaria garantizará que sus planes sigan haciendo el bien, incluso cuando ellos ya no estén aquí para guiarlos.”
El compromiso de Karin con este trabajo tiene sus raíces en su propia historia. “Perdí a mi padre cuando tenía 19 años y vi lo que ocurre cuando no se tienen planes”, compartió. “Desde entonces, considero un honor ayudar a la gente a tomar decisiones en momentos difíciles, tanto si tienen 50.000 como 50 millones de dólares. La historia de todo el mundo es importante, y todo el mundo merece un camino claro y cuidadoso hacia adelante.”
Su creencia en el centro de Nueva York se hace eco de la nuestra. “Crecí aquí, me fui durante un tiempo y volví”, dijo. “Aunque algún día mis hijos vivan en otro lugar, quiero que esta región prospere para la próxima generación. Apoyar a la Fundación Comunitaria es una forma de contribuir a que eso sea posible”.
Estamos agradecidos de asociarnos con Karin, alguien que comprende lo poderoso que puede ser que la gente cuente con la orientación y las herramientas adecuadas para dar forma a su legado. “Si eres asesor o simplemente sientes curiosidad por la planificación benéfica, inicia una conversación con la Fundación Comunitaria”, dijo. “Convierten las buenas intenciones en acciones reflexivas y eficaces cerca de casa. La Fundación Comunitaria es un recurso en el que confío para mis clientes y para el lugar que compartimos.”