“La educación es la clave del éxito”, dice Dale Johnson, fundador y director de Tillie’s Touch. La organización, fundada por Johnson y su hija en 2009, proporciona a los niños recursos para ayudarles a tener éxito en los deportes y en los estudios.
Inspirado por su educación en los deportes juveniles locales, Johnson vio de primera mano cómo la comunidad necesitaba un cambio positivo. “Como entrenador, vi a niños que acudían a los partidos sin calzado adecuado o se presentaban a los entrenamientos sin equipación. Me di cuenta de que había que hacer algo por ellos”, dijo. “Se convirtió en una prioridad para mí ayudarles a hacer posibles sus sueños de practicar un deporte”.
Así surgió la idea de Johnson de Tillie’s Touch. La organización patrocina varias ligas de clubes de fútbol para niños de edades comprendidas entre los grados K y 12, garantizando que cada niño tenga lo que necesita para triunfar, ya sea mediante programación o recursos físicos. Desde su creación, Johnson ha recogido y donado equipos de fútbol poco usados a más de 1.400 jóvenes cada año. “Quiero dar a los niños la oportunidad de practicar deportes que quizá no tendrían si no fuera por esta organización”, dijo.
La planificación urbana y las políticas de vivienda discriminatorias y otras desigualdades raciales han contribuido a crear barrios de bajos ingresos donde las familias trabajan duro para llegar a fin de mes. El objetivo de Tillie’s Touch es igualar las condiciones de los niños de entornos económicamente desfavorecidos que viven en la pobreza en esos barrios, proporcionándoles productos de higiene, mochilas y libros, además de material deportivo.
Vivir con bajos ingresos afecta en consecuencia a la capacidad del niño para tener éxito en la escuela. Los niños que viven en la pobreza no están expuestos a las mismas oportunidades de aprendizaje que sus homólogos más ricos y pueden experimentar efectos de por vida a causa de la disparidad. Dado que las escuelas se financian en gran medida con los impuestos sobre la propiedad, las desigualdades educativas hacen que este problema persista en los barrios de bajos ingresos.
Johnson tuvo muy presentes estas disparidades cuando fundó Tillie’s Touch, garantizando el acceso a recursos y apoyo para ayudar a los niños a prepararse para el éxito. “Es de suma importancia que los jóvenes de nuestra organización alcancen la excelencia académica”, afirmó. “Los requisitos educativos de los equipos de viajes son estrictos, y los jugadores deben mantener unas notas de aprobado para poder seguir jugando. Todos los niños con los que trabajamos viven por debajo del umbral de pobreza, y creemos firmemente que la educación es el billete para salir de la pobreza.”
La organización celebra noches de lectura semanales, ofrece clases particulares de una amplia variedad de materias y organiza sorteos de material escolar y donaciones de libros. Johnson espera entusiasmar a los jóvenes con sus estudios y, al mismo tiempo, darles una vía de escape de su vida cotidiana a través del fútbol.
Con el apoyo de una subvención de nuestro Fondo Comunitario, Tillie’s Touch creó un centro comunitario en la zona norte de Siracusa. El centro sirve como espacio para celebrar entrenamientos de fútbol, tutorías académicas y muchos otros servicios basados en la comunidad. “Este centro es algo más que un campo de fútbol”, dijo Johnson. “Es un lugar donde todas las clases sociales se unen para romper esa línea de pobreza utilizando el deporte como un poderoso vehículo para el cambio positivo”.
Johnson subrayó que el bienestar mental y emocional de los jóvenes que participan en los programas de Tillie’s Touch es esencial para su éxito. Se esfuerza por fomentar un entorno inclusivo, seguro y motivador en el que los niños puedan entablar amistades, centrarse en su salud mental y crecer académicamente, proporcionando un sinfín de oportunidades a la juventud local.
“Ir a la escuela, sacar buenas notas y, en última instancia, graduarse en el instituto y luego pasar a la enseñanza superior, la escuela de oficios, el ejército, lo que sea. Ése es el camino”, afirma. “Pero el fútbol no va a hacer eso. El fútbol no va a poner comida en su mesa al final del día. Sin embargo, el fútbol puede ser ese vehículo que inspire a esos niños a ir a la escuela y crear su futuro.”
Al servicio de más de 90 jóvenes que representan a más de 35 países, Tillie’s Touch es un espacio donde todos los niños pueden conectar, jugar y vincularse entre sí a través de un amor mutuo por el fútbol.