Cuando Freddie Mercury escribió la letra de “We Are the Champions” de Queen, pensaba en el fútbol inglés. No sólo los jugadores, sino también el público. Su objetivo era escribir algo que fomentara la unificación y la participación generalizadas. La canción de Queen, que se ha convertido en un clásico de los acontecimientos deportivos y las competiciones de todo el mundo, habla de la superación de los retos para conseguir victorias muy reñidas. La célebre interpretación de Queen de “We Are the Champions” durante el concierto Live Aid de 1985 para paliar la hambruna en el estadio londinense de Wembley aseguró el legado de la canción como himno, no sólo de la deportividad, sino también de la defensa.

Detrás de cada campeón hay un equipo de personas a su lado, animándoles, apoyando sus esfuerzos y compartiendo sus sueños. Lo mismo puede decirse de los líderes, defensores y miembros de la comunidad que luchan por realizar cambios positivos en nuestro rincón del mundo. Cuando nuestra comunidad prospera, todos podemos prosperar.

El informe anual de este año rinde homenaje a los agentes de cambio del centro de Nueva York y a todos los que les apoyan. Sus páginas están llenas de historias de campeones en los ámbitos de la salud, la equidad, la justicia, las necesidades básicas, la alfabetización, la defensa y las artes. Aplaudimos sus esfuerzos y nos unimos a ellos para trabajar por mejoras duraderas en casa, en las oficinas y en las aulas, en los escenarios y en los patios de recreo, y en todos los lugares donde nos reunimos para curar, rezar, aprender, crecer, vivir y jugar.

En 1927, un pequeño grupo de campeones cívicos creó la Fundación Comunitaria para que sirviera de fuente estable de apoyo a nuestra comunidad en tiempos de incertidumbre. Noventa y cinco años después, seguimos con fuerza: esforzándonos por satisfacer las necesidades y oportunidades siempre cambiantes de la región, tanto con apoyo como con liderazgo.

Hoy y mañanaseremos un agente de cambio que apoye y anime a los campeones de nuestra comunidad, quizá con nuestro propio himno, no tan pegadizo: “Nos comprometemos a ser un socio duradero y compasivo en la filantropía, invirtiendo en las personas y el potencial del centro de Nueva York. Nos comprometemos a mantener relaciones de colaboración con las personas y organizaciones que son el latido de nuestra región. Apoyamos a los miembros de nuestra comunidad para que se conviertan en autores de oportunidades y agentes del cambio. Abrimos nuestras puertas a todos y cada uno de los que aspiran a aprovechar las contribuciones del pasado y del presente para dar forma al futuro compartido de nuestra comunidad.”