Jeff Knauss siempre pensó que dar debía hacerse sin expectativas. No da para obtener nada a cambio. Da porque “es lo correcto y punto”. Se esfuerza por seguir teniendo un mayor impacto en nuestra comunidad contribuyendo a su mayor bien.

“Tuve la suerte de ser adoptado por mis increíbles padres cuando tenía tres meses”, dijo Jeff. “No tuvimos mucho mientras crecíamos, pero me demostraron que eso no importaba. Desde muy joven, me inculcaron que trabajar duro, tener buenos valores, mostrar empatía y preocuparse por los demás era lo importante.”

Esas lecciones han calado profundamente en él y le han guiado hacia los valores por los que vive. Jeff explicó que muchas personas nacen en entornos difíciles en los que pueden no tener lo que necesitan para sobrevivir y prosperar. Algunos están expuestos a la violencia, se enfrentan a la pobreza, experimentan dificultades en la escuela o tienen un acceso limitado a una buena asistencia sanitaria, pero él quiere cambiar eso.

“Estoy agradecido por haber tenido las oportunidades que tuve al crecer y siento la responsabilidad de devolver algo de forma significativa para ayudar a cualquiera que no haya tenido lo mismo”, dijo.

Jeff desarrolló una fuerte ética del trabajo observando a sus padres a lo largo de los años. Su madre volvió a estudiar para obtener su título universitario a los cuarenta años, cosa que él siempre admiró. Aprovechó todas las oportunidades que se le dieron y reconoce cada paso de su trayectoria profesional para llegar a donde está hoy.

“Creo que si ayudamos a ofrecer itinerarios profesionales similares a los jóvenes adultos, podemos contribuir a romper el ciclo de la pobreza generacional desde el principio”, explicó.

Cuando Jeff vendió su empresa en 2021, decidió crear un fondo asesorado por donantes con nosotros, lo que le ha permitido retribuir de forma más significativa. Su fondo sirve como vehículo para que sus donaciones crezcan y se transformen para reflejar la evolución de sus intereses benéficos a lo largo del tiempo.

“Esto es un juego a largo plazo para mí y quiero tener un impacto estable y continuo en la comunidad que ha sido tan buena conmigo y con mi familia”, dijo. “La Fundación Comunitaria lo ha hecho posible gracias a su orientación y fiable administración”.

Chica y chico haciendo gestos con las manos en forma de corazón

Jeff explicó que sus hijos van a crecer en una situación muy diferente a la que él creció y que para él es importante que desarrollen los mismos valores que sus padres le inculcaron a él.

“Mi mujer, Heta, y yo creemos que si haces que los pequeños actos de bondad formen parte de tu vida cotidiana, se incorporarán a la persona en la que te conviertes”, afirmó. “Por eso hemos enseñado a nuestros hijos que dar debe abarcar todas las formas: regalos de tiempo, talento y tesoro”.

El fondo ha proporcionado a Jeff y Heta la oportunidad de implicar a sus hijos en su filantropía, participando en el proceso de toma de decisiones sobre dónde apoyan con su fondo y dónde ofrecen su tiempo como voluntarios. Es algo que esperan seguir haciendo juntos en familia mientras los ven crecer.

“Igual que aprendemos cuando somos niños, el mundo no es justo”, dijo. “Espero que nuestras donaciones ayuden a construir la equidad entre los miembros de nuestra comunidad. Todo el mundo merece la oportunidad de tener éxito, independientemente de la circunstancia en la que haya nacido.”